Me dejé estar por días hasta que empecé a llorar del dolor y fui a la Guardia. La doctora muy amablemente me dijo que tenía Gastritis Infecciosa -Glamour- y una cara de asustada que no se podía creer. Una semana de antibióticos y un poco más de una dieta estricta en la que no puedo consumir ni fritos ni grasas ni picante ni salsas ni fiambres ni lácteos ni gaseosas ni verduras ni frutas crudas -las últimas no son problema porque no me gustan-. Una detox de vez en cuando no viene mal, cierto, pero ¿Qué puedo hacer mientras hago reposo? Una lista de cosas para hacer mientras hago reposo.
Aclaración: Esto es para cuando ya no sentís más que te vas a morir pero empezás a impacientarte porque seguís de reposo.
Trabajar desde casa
Cuesta un poco más pero con intervalos de descanso se puede. No es porque uno sea un obsesivo del trabajo sino porque a veces uno tiene deadlines y hay que hacerlo igual. Además puede distraer y hacer que el tiempo se pase más rápido, eso es lo que queremos mientras los remedios hacen efecto y nos sentimos menos peor. También vale para estudiar -cosa que debería hacer porque la tesis del posgrado no se va a terminar sola-. Perdón, no debí ponerlo primero, soy un bajón.
Ver documentales en Netflix
¿Vieron Turistas en la Mira? Ese documental que va por los principales destinos turísticos y muestra cómo estafan a los viajeros en cada uno de ellos ¿Y Sálvese quien pueda? Sobre todas las posibilidades de un Apocalipsis Zombie, qué pasaría si todos los volcanes explotaran al mismo tiempo y esas cosas perturbadoras pero reales que todos nos preguntamos alguna vez -Quiero creer que no soy sólo yo- ¿Y Población Cero? El que muestra qué pasaría si todos los humanos desaparecieran de la tierra. Si no, pueden felizmente encontrar los documentales de Amy Winehouse, Keith Richards, Nina Simone, Kurt & Courtney, Sinatra, Biggie & Tupac y muchos más -aunque no tantos-. Digo documentales porque ya vi casi todas las pelis que quería ver y en Netflix no agregan nuevas muy seguido.
Terminar ese libro
Si empezaste a leer Ritos de la Interpretación de Simon Frith pero lo dejaste por la mitad porque empezaste a leer Sauce Ciego, mujer dormida de Murakami pero lo dejaste por la mitad porque empezaste a leer Lo que no te mata te hace más fuerte de Lagercrantz pero lo dejaste por la mitad porque empezaste a leer la correspondencia de Truman Capote puede ser una buena opción -y probablemente la oración más larga que escribí en mi vida-. Si tu mesita de luz está llena como la mía quizás sea momento de despejarla un poco.
Escuchar ese disco
El año pasado entrevisté a Peces Raros y dijeron algo que me encantó: "En algún punto las canciones crean un pequeño universo que te abstrae del tiempo cuando estás prestando atención. Cuando está de fondo es un adorno de la realidad". Estaban hablando del paso de su primer disco al segundo pero me pareció excelente para aplicar a la escucha en general. Cuando prestamos atención, verdadera atención, percibimos cosas que de otra forma no haríamos. Escuchar un buen disco a veces es como leer un libro, necesitamos todos nuestros sentidos. Blackstar de Bowie, por ejemplo, es uno que todavía no me acosté a escuchar con detenimiento -una vergüenza, sí-.
Pintarte las uñas, baños de crema, boludeces.
Flor Nieto Blog meets Para Teens, mañana te cuento cómo perder ese rollito aprovechando la Gastroenteritis y estar linda para la cena de San Valentín. No, mentira. Pero si también te gusta tener las uñas arregladas, hacerte alguna que otra mascarilla facial o un baño reparador en el pelo pero te cuesta quedarte quieta, este puede ser el momento. Si estás de reposo pero tu ansiedad te gana podés hacerlo mientras trabajás, mirás los documentales de Netflix o escuchás ese disco. Bueno.
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