“Me gusta usar vestidos, son cómodos. Si pudiera usar una hoja, lo haría. No sé qué decir. Si dijera que lo hacemos para ser subversivos sería pura mierda porque una banda de hombres que usa vestidos ya no es controversial” le dijo Kurt Cobain a Melody Maker en 1992. Después agregó que no había nada más cómodo que un acogedor patrón floreado. Ni masculino ni femenino, cómodo como antítesis del macho yanki convencional. Al año siguiente, asistió a los MTV Video Music Awards con una remera de manga larga rayada, jeans rotos y zapatillas. En vivo, en el estudio, en sesiones de fotos, en su casa, Kurt Cobain no distinguía ocasión para ser Kurt Cobain. En un mundo en donde la producción y el disfraz imperaban en la construcción musical, él hizo lo que quiso y se convirtió en ícono sin la necesidad de fórmulas ni asistentes de vestuario. Marc Jacobs se inspiró en su estilo en 1992 y tuvo mucho que ver con el envión estilístico de Kate Moss y su diferenciación con las otras top models del momento. Y probablemente, todo eso al líder de Nirvana le haya importado muy poco. Leer en UltraBrit
No hay comentarios
Publicar un comentario