Cajas, cajas y más cajas. En el viaje de ida hice cucharita con la lona de Noche Polar pero de eso no hay foto. |
Noche Polar en Prisma, literalmente. |
Esenciales de viaje: Chapstick, dermaglós, base liviana, rimmel y Superhéroes del Rock, edición Ciudad Alterna. Jugué con una sola persona y lo mantendré así. |
Detalles de la habitación y menú del Hotel Edelweiss. Recomendadísimo. |
En el centro de Bariloche, esto. |
La flogger que vive en mí no se quería perder la selfie con el lago. |
Desde la ventanilla del bondi. |
En enero fui a Bariloche a cubrir Prisma para Noche Polar por partida doble. Por un lado, mirar todo y estar atenta para hacer la nota para la edición de marzo. Por el otro, tomar el mando de las redes sociales con la consigna #PRISMApolar. Juro que jamás en la vida usé tanto mi celular en un recital en el patrón foto-facebook-twitter-instagram-snapchat. Sentía que en cualquier momento aparecía Marky Ramone con el Smartphone Swatter. Fuera de la cobertura no tuve mucho tiempo libre -porque además terminaba agotada-, pero sí disfruté caminar por el centro de Bariloche con Shaman y los pilares de la creación, Nunca fui a un parque de diversiones, Francisco y el lobo, La gran pérdida de energía, Hitoploxus y así en mi playlist. No tenía ganas de escuchar nada más. La nota la pueden leer próximamente en la edición de marzo, mientras tanto esto.
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