Algunos nacen, otros se hacen. Débora está en el primer grupo. Nació para el Teatro. Más allá de ser primera hija, primera nieta y de cargar con honores las aspiraciones familiares pendientes, del test vocacional en el colegio -que enumeró: teatro, docencia y derecho-, se le nota cuando habla, cuando escribe, cuando enseña y sobre todo, en el escenario. Débora Astrosky es directora, docente e investigadora en Pedagogía Teatral. Coautora del M͟͟a͟͟n͟͟u͟͟a͟͟l͟͟ d͟͟e͟͟ j͟͟u͟͟e͟͟g͟͟o͟͟s͟͟ y͟͟ e͟͟j͟͟e͟͟r͟͟c͟͟i͟͟c͟͟i͟͟o͟͟s͟͟ t͟͟e͟͟a͟͟t͟͟r͟͟a͟͟l͟͟e͟͟s͟͟, publicado por el Instituto Nacional del Teatro y autora de P͟͟e͟͟d͟͟a͟͟g͟͟o͟͟g͟͟ía͟͟ T͟͟e͟͟a͟͟t͟͟r͟͟a͟͟l͟͟, u͟͟n͟͟a͟͟ m͟͟i͟͟r͟͟a͟͟d͟͟a͟͟ p͟͟o͟͟s͟͟i͟͟b͟͟l͟͟e͟͟. Desde el 2000 trabaja en el desarrollo de una metodología de la actuación con su bajada didáctica. Durante 15 años trabajó en el equipo de docentes de la Escuela de Teatro de Buenos Aires E.T.B.A, dirigida por Raúl Serrano. Actualmente dicta cursos en Buenos Aires y el exterior. Débora, además, es la coordinadora de Teatro Dislocador, visita Comodoro y ahora, charlamos con ella.
Sobre ser actriz: "La verdad es que cuando yo nací todos los ojos se posaron en mí y pedían que fuese actriz, fui primera hija, primera nieta, así que fue muy fuerte la demanda y la verdad que fue algo con lo que nací, algo que siempre que vino conmigo, que siempre estuvo y creo que no sabría hacer otra cosa que no sea dedicarme al teatro". Sobre ser docente: "He trabajado en escuela primaria, secundaria, he dado clases hasta para solos y solas, en geriátricos y, desde hace bastantes años, me dedico exclusivamente a la formación de actores y de profesores. Con esto vengo viajando por todo el mundo y paso desde las grandes urbes hasta pueblos muy chiquitos, que parece que están perdidos en la nada pero que tienen sus grupos de teatros formados, con ganas, haciendo cosas y capacitándose. La verdad que me gusta, me gusta mucho esto de un día estar en un lugar y después en otro, cambiar permanentemente y vivir intensamente esta relación docente-alumno. Es el proceso de aprendizaje". Sobre ser investigadora: "En realidad, lo que a mí me llevó a la investigación pedagógica fue esto de que yo siempre leí mucho, indagaba mucho en diferentes productores de metodología, de técnica, desde Stanislavsky para abajo. Siempre me pasaba esto de decir: Bárbaro, en la teoría me cerrás pero ¿Cómo se lo transmitimos a un alumno? ¿Cómo hacemos que esto se transforme en herramienta? No solo en un saber, o en el “Debería ser así”. Esto fue lo que más me llevó a dedicarme a la investigación y a trabajar en la didáctica especial o específica de las diferentes metodologías. Esto hizo que construya el Método T.I.A. El Método T.I.A. habla de esto: Bueno, bien, todas estas teorías son maravillosas ahora vamos a ver cómo se hace para que se transforme en herramienta para el alumno y para el futuro actor por supuesto".
¿De qué se trata el Método T.I.A.?
T.I.A. significa Trabajo de Investigación del Actor, es una sigla. Simpática y familiar pero es una sigla. Primero que nada, centrar al actor como el productor de actuación, de ficción. Nosotros los actores trabajamos con un límite textual. Es decir, hay una obra de arte construida por otro artista, el dramaturgo, y esta obra de arte es un plano. Esto para transformarse en un hecho teatral va a tener que adquirir volumen, como si fuera inflado. Que esto tenga volumen, que sea tridimensional, es exactamente la tarea del actor. No hay otro artista que pueda lograrlo. De lo que se trata en el T.I.A. es darle herramientas a ese artista para que sepa cómo se infla esto, y ese inflar es su propia creatividad, su propio vuelo, tomando como límite el vuelo del otro que es la dramaturgia. Este proceso de transferencia o acoplamiento de lo plano hacia el volumen es lo que trabaja el T.I.A. Cómo va a investigar el actor dentro de este límite para construir la situación dramática y cuáles son las herramientas para realizar esta construcción.
¿Qué herramientas brinda el teatro para la vida?
Yo siento que todo lo que uno hace con amor, con placer, disfrutando, compartiendo con otros, nutre tu vida y la de los demás. Esto sea preparar la comida para el resto de los acompañantes, de la familia, de los amigos como montar una obra de teatro. Es decir, el tema para mí es alivianar la contradicción, lo hago porque me da mucho placer hacerlo, porque me dan ganas de hacerlo y porque me pone muy feliz compartirlo con otros. El Teatro al ser una actividad tan social, ya desde su propia elaboración desde la necesidad del espectador para que el teatro exista, hace que sea mucho más nutritivo para más gente pero no me gusta centrar la especificidad de que el teatro cambia la vida de la gente. Yo creo que haciendo de todo nosotros podemos ir cambiando nuestra vida para que sea un poco mejor.
¿Qué significa ser una buena actriz o un buen actor?
Yo creo que lo primero es provocar la identificación, que el otro cuando ve mi trabajo deje de ver al actor, deje de ver a la actriz y pueda realmente estar participando de esta actitud espía. De esta actitud de: Estoy observando algo que quizás no debería estar observando porque pertenece a la vida de otro. Y ahí, observando esto me empiezan a suceder cosas. Me emociono, me enojo, me tenso, me sonrojo, me río, lloro. Todo eso que a mí me sucede como espectador me sucede porque hay un otro, hay un artista que me lo está provocando. Creo que cuando uno logra esa empatía, ese compartir a través de la identificación es cuando uno es un buen actor o buena actriz, cuando no se ven los hilos, cuando no lo veo trabajando cuando lo veo como un hecho real y pierdo la conciencia de la ficción.
¿Qué significa para vos el Teatro Dislocador?
El Teatro Dislocador me parece una maravilla. Yo soy de Buenos Aires y durante muchísimos años he recibido alumnos que vienen de las provincias a formarse, que después se quedan seducidos por la ciudad, se instalan porque te da posibilidades, porque hay trabajo, porque se puede ser actor y en las provincias no. Entonces cada vez que veo que alguien, si bien se viene a formar a Buenos Aires, se puede formar en su propia provincia por eso viajo tanto y lo elijo. Cada vez que uno comienza a trabajar en su propia ciudad, a generar, a compartir lo que aprendió, a descubrir los saberes de otros y a generar desarrollo teatral en su propio lugar de origen para mí es maravilloso. Si bien nos quejamos de esto de que Dios radica en Buenos Aires creo que también lo fomentamos, cada vez que uno empieza a hacer para seguir creciendo en el propio lugar es una forma de ir destruyendo esta estructura que venimos arrastrando hace tanto tiempo. El trabajo que ha hecho Ramiro de construir la sala, de montar la Escuela, de crecer día a día, de buscar más posibilidades, de propuestas me parece realmente algo admirable y me siento muy orgullosa porque pude verlo crecer desde el inicio.
¿Tenés algún consejo para jóvenes actores?
No soy de dar consejos pero creo que lo único importante es escucharse. Escucharse y decir: “Bueno, si este es mi deseo y esto es lo que siento y siento que es por acá”, ir a fondo. Ir a fondo no implica me dedico al lumpenaje y vivo de la misericordia de otros porque quiero ser artista. No, si quiero ser artista buscaré cómo sustentar mi vida, cómo trabajar, cómo apoyar a otros. No en un capricho artístico sino en una decisión. Cuesta, cuesta muchísimo. Uno se choca con su ego, uno sufre por momentos y se angustia, como también lo disfruta, la pasa bien y conecta, ese momento de creación del actor es un momento único absolutamente intransferible. Yo no sabría cómo explicarlo pero creo que para aquellos que disfrutamos de eso es a no perdérselo. Creo que es el camino de la salud, de seguir haciendo cosas para poder seguir dando desde el lugar que a mí más placer me da y más satisfacción, que siento que estoy más capacitada para poder hacer.
Débora está en la ciudad y en la cuenta regresiva para las clases en el Teatro Dislocador: "Con el grupo de avanzados vamos a ver cómo opera el Método T.I.A con Chéjov. Chéjov es un trabajo que me apasiona porque logra combinar el drama y el humor de una manera ejemplar y por eso se llama el maestro del realismo, fue el que más se asemejó a nuestra vida. El drama previo a Chéjov era dramón. Chéjov pinta nuestra vida, nuestra vida que es un drama y al mismo tiempo suceden cosas que nuestro propio drama nos termina dando risa. Entonces es un trabajo que implica una mirada muy particular y un hilo muy finito del actor para poder investigarlo y no caer en la tragedia, poder encontrar este manejo de la situación cómica como del drama en su conjunto. Con los principiantes voy a trabajar más con lo que es la introducción al Método, que si bien Ramiro viene trabajando hace un montón, voy a darles una clase yo para ir viendo cómo entrar a trabajar desde el cuerpo y la relación que implica la contradicción. Además de disfrutar de Comodoro".
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