Fotógrafo freelance. Y de los más versátiles. Nació en Comodoro, creció en Diadema y se mudó a Buenos Aires. Rolling Stone, Brando, Ohlalá, M.A.F.I.A. (Movimiento Argentino de Fotógrafxs Independientes Autoconvocadxs), Vogue Italia, tapas de discos, festivales internacionales, proyectos personales, cruceros, Patagonia. Con ustedes, Juanchez.
¿Cómo fue crecer en Comodoro?
Yo soy de Diadema. Viví ahí hasta los 16 años y ahí nos mudamos con mi familia al centro, a las lomas. Después, al lado de la Catedral hasta los 18 que me vine a estudiar a Buenos Aires. Volví a Diadema hace un par de años y pude entrar a mi casa de la niñez, fue increíble. Me sigue pareciendo un lugar mágico y único, estuve por todos lados y nunca vi algo así. Además la etapa en la que crecí fue única. Después se llenó más de gente y ya no dejaban las casas ni los autos sin llave. Cuando éramos chicos nos manejábamos con total libertad. Me acuerdo de eso, de irnos a la Roca de los Nombres, a la Roca del Oso, los campamentos en el verano, la pileta, me parece alucinante y me sigue sorprendiendo. Me encanta.
También esa época fue un semillero especial porque muchos hoy copan la escena nacional...
La verdad que sí. Shaman y yo somos hermanos. Nos criamos juntos. De hecho él es un año más grande y cuando se fue de intercambio a Alemania volvió, repitió y terminamos juntos la secundaria. Comodoro parece que tiene gente muy especial -risas-. Yo me acuerdo que mi madre era fotógrafa y ella trabajó para medios, ganó un par de premios de fotografía en blanco y negro. Se llama Silvia Beatriz Galván pero todos la conocen como Bibi . Ella en el sótano de la casa de Diadema copiaba las fotos, era chico y no tenía ningún acercamiento a la foto más que eso. Mi mamá se encerraba y era bastante mágico, nos contaba cómo aparecía la imagen y que los alacranes le pasaban por los pies en el cuarto oscuro. Yo no tenía tanto interés todavía pero me encantaba eso.
¿Cuándo te empezó a interesar?
Más de grande. Empecé a hacer música, de hecho la primera, bueno, la segunda banda que tuve fue con Shaman cuando íbamos a la Escuela de Arte. Después flasheé con la música clásica, con la guitarra y me vine a estudiar conservatorio de música acá a Buenos Aires, en La Lucila. Un fin de semana hice un seminario un fin de semana de Fotografía en una escuela de Palermo y ahí algo cambio . Fue como una revelación y me di cuenta que quería ir más por ese lado, laboral y expresivamente. También por la variedad, uno puede hacer fotoperiodismo, tapas de discos, trabajo personal, retrato y a mí, como soy yo, me interesaba más por ese lado que atarme a la guitarra.
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