Sobre la maternidad y sentirse menos persona

 


Es lunes, estoy trabajando en casa y por primera vez consistentemente me pinto las uñas sola. Esto no pasaba desde que estaba embarazada. Recuerdo que me encantaba hacerlo. Miraba videos de YouTube y podía estar horas repasando, porque me gustan los colores claritos y para que queden bien hay que aplicar, por lo menos, 3 capas. Puede ser que lo que esté escribiendo suene tremendamente estúpido, pero hablar de lo que hago, me hace sentir una persona. 

Este finde se viralizó una entrevista de Mariana Enriquez diciendo que no quería ser madre y salieron que sí que no y no puedo creer que en pleno 2023 nos siga importando si la gente quiere ser madre o no. ¿Querés tener hijos? Genial ¿No querés tener hijos? Genial ¿Te perdés de cosas? Puede ser, pero yo no siento que me perdí nada que importara realmente. Pero sí por momentos no me siento una persona. Y no lo digo victimizándome ni con aires de sacrificada. Sí me perdí un poco a mí misma, lo admito pero la persona que estoy encontrando es mil veces mejor. 

¿Por qué no me siento una persona? Porque por casi dos años, te dejás de lado. Dejás de lado inclusive tus necesidades más básicas: a veces tenés hambre y no comés, tenés ganas de ir al baño pero no podés, tenés mucho sueño y estás muy cansada pero no podés dormir, tenés sed y te olvidaste tu agua en un viaje en colectivo pero no tomás la de tu bebé porque no sabés cuándo puede tener sed y si no hay más agua ¿qué hacés?, tenés ganas de salir a dar una vuelta y te quedás en casa, querés resolver algo del trabajo pero te necesita también, tu cuerpo ya no es tan tuyo ni siquiera es el mismo. Tus pensamientos giran en torno a otro ser humano: qué necesita, qué debería comer, hay que lavar la ropa, qué le gustaría ¿será feliz? Y hasta acá capaz suene como un cuento de terror pero no lo es. No cambiaría la maternidad por nada porque por primera vez siento que mi existencia tiene sentido. Hasta acá, hacía cosa tras cosa, objetivo tras objetivo y cuando pasaba no sentía nada. El año pasado publiqué el primer libro sobre música de la Patagonia, el máximo logro que pude haber tenido como periodista y ¿saben qué significo realmente para mí? No mucho realmente. El tema de autoexigirme tanto en el puerperio es aparte y algo que abordaré más adelante. 

Cuando estás embarazada a todo el mundo le importás y cuando nace el bebé casi todos se olvidan de vos y muchas veces empiezan los problemas. Todo el mundo quiere ser protagonista y se olvidan que estás pasando por el momento más vulnerable de tu vida y que a veces ni pedís ayuda porque no sabés cómo. Y podés tener una pareja que te apoye pero inevitablemente estas cuestiones van a surgir porque la gente se pone rarísima igual. Podría culpar a la sociedad y tendría razón, todo está programado para que vos como mamá no importes. Hay gente que lo entiende ¿Por qué por lo general son las madres de las madres? Mi mamá fue tremendamente importante en esta etapa y no pensé que podía amarla más y ya es superlativa. Hay todo un movimiento que alienta a las personas a cuidar a la mamá, porque el bebé ya está cuidado. Te lo sacan de los brazos, te cuestionan, te hacen a un lado, no te tienen en cuenta y además de tener las necesidades básicas insatisfechas, socialmente no contás. Y ahí te sentís todavía menos persona. 

Y ni hablemos del trabajo. Ahora que sos mamá tampoco contás demasiado porque claro, antes podías encerrarte a trabajar durante todo un fin de semana, estar en la oficina de 8:00 a 20:00 hs. -por un sueldo bajísimo claro, pues #brechasalarial- y ahora no. Te dicen: "Ahora que sos mamá ya no podés tanto..." y vos te morís por demostrarles que se equivocan aunque algo de razón tengan simplemente porque nadie debería definirte ni encasillarte así. Ahí te sentís menos persona, como una lapicera que ya no tiene tanta tinta y la dejan ahí porque todavía sirve pero no del todo. Y ahí te sentís todavía menos persona.   

No quiero decir que no haya tenido derechos disfrazados de privilegios o que una pareja que cria a la par, pero este posteo no se trata de eso. 

Entender que me siento menos persona es una forma de sentirme más persona. Porque soy una persona. Y me gustan cosas, y quiero cosas. Me gusta pintarme las uñas, me gusta Radiohead y los Ramones y Taylor Swift, me gusta escribir, me gusta leer, me gusta trabajar y sacar fotos, me gusta que me inviten a cosas aunque a veces no pueda ir, me gusta que me tengan en cuenta, me gusta que crean que puedo.  

Entender siempre es el primer paso. Y escribir este blog es una forma de hacerlo.

Yo soy una persona. Vos sos una persona.
Y la culpa no es de la maternidad,
por eso se puede cambiar. 
 


1 comentario

Carlos Jurich dijo...

Hola Flor. Ljepa! Me gustó tu nota. Uno que con 51 años ya fue pareja, esposo, padre, ex esposo y tiene a los pibes grandes, te puedo decir que no he tenido en cuenta esta perspectiva que expones. También es un período largo porque los pibes son dependientes por demás, hasta mucho después que se escolarizan. Pero te cuento algo. Un día toca ser padre de sus padres. Envejecen y te vas a dar cuenta que el mundo y la economía no están pensados para estar viejo y enfermo. Allí sufre el cuidador y más sufre el anciano. Aquellos que deciden no formar una familia, eligen también no tener una red de contención cuando tus amigos mueren... y ya nadie agenda tu teléfono. besos.

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